ROMÁNICO
VIAJES
Colegiata de San Pedro en la localidad cántabra de Cervatos.
Sería impensable dejar de visitar la colegiata de San Pedro de Cervatos después de este recorrido teórico por el pecado de la lujuria. Si alguna iglesia románica en el mundo puede ser considerada como paradigma de la representación iconográfica global de este pecado, ésta es San Pedro. De manera general podríamos decir que en sus canecillos y capiteles se conservan las imágenes de algunos de los pecados que describen los penitenciales y algunas cosas más.
Queda claro a estas alturas que las representaciones de apariencia obscena esculpidas en el edificio, no responden a otros motivos que no sean éste de aleccionar al pueblo con respecto a sus obligaciones de tipo moral y religioso. No había canteros de conciencia alegre o relajada, capaces de atreverse a plasmar algo así en una iglesia si el cura, encargado del programa iconográfico, no lo hubiera permitido. Hubieran perdido el empleo y tal vez ganado algún correctivo ejemplar.
Detalle de los canecillos del hemiciclo absidal de la colegiata de San Pedro.
La historia de la colegiata de Cervatos comienza en los últimos años del siglo IX y primeros del X, en una zona con bastante trasiego de gentes que bajaban hacia la meseta en los primeros movimientos repobladores.
En el año 999 Sancho Gracia, conde de Castilla, concede a la villa de Cervatos un Fuero en el que se incluyen diversas donaciones al cenobio. Posteriormente, en el año 1186, es cedido por Alfonso VIII, con todas sus posesiones, al obispo de Burgos a cambio del monasterio de Santa Eufemia de Cozuelos, en la localidad de Olmos de Ojeda.
Entre estas dos fechas se construye el edificio, siendo evidente que en el año 1187 la iglesia es dedicada a San Pedro según reza la inscripción de la puerta. No es menos cierto que hay una segunda leyenda cuya fecha, 1125, junto a la palabra factum, indica claramente que ya había sido realizada al menos una gran parte de la obra que, a pesar de la falta de los documentos pertinentes, creemos que pudo estar dedicada a San Nicolás de Bari y su nombre borrado, lógicamente, de la correspondiente data testimonial. La biografía de este santo así parece demostrarlo con todas las consecuencias ya que se refleja, de manera casi literal, en la obra escultórica del edificio.
Capitel de la arcada interior del presbiterio con san Nicolás portando el báculo de obispo y la llave, símbolo del rescate de las tres doncellas cuyas cabezas asoman inmediatamente después del báculo.
San Nicolás de Bari muere en el año 343, unos pocos años antes de que los turcos arrasaran la pequeña ciudad en la que había sido enterrado, con lo cual se pierden totalmente las pistas del paradero de sus restos mortales. Sin embargo su vida ejemplar no cayó en el olvido, hasta el punto en que el año 1087 un grupo de peregrinos compuesto por cuarenta y siete soldados y cuatro monjes procedentes de Bari, se desplazó hasta Myra, donde alguien les informó del lugar en el que se encontraban sepultados los restos del santo. Abrieron el túmulo y allí encontraron los huesos del obispo Nicolás flotando en una balsa de aceite, según cuenta la leyenda. Desde allí volvieron con sus restos hacia Bari donde fueron definitivamente enterrados.
Se sabe que su familia era rica y a pesar de esto huía de las diversiones hasta el punto que sus ratos de ocio solía pasarlos en las iglesias de la localidad. Al morir sus padres comenzó a pensar en la forma de hacer el bien con todo el dinero que había heredado. Encontró enseguida la ocasión ya que un vecino suyo de condición noble pero totalmente arruinado, encerró a sus tres hijas para dedicarlas a la prostitución y paliar, con los beneficios, el lamentable estado de necesidad en que se encontraba.
Nicolás tomó inmediatamente cartas en el asunto y para evitar que su vecino llevara a cabo tan siniestro plan, se las ingenió, sin que nadie le viera y al amparo de la noche, arrojar al interior de la casa del vecino por una de las ventanas tres bolsas llenas de monedas de oro.
Lateral izquierdo del capitel anterior con el símbolo del pecado de la lujuria, subrayado especialmente en este caso por las serpientes de gran tamaño.
A la mañana siguiente el hombre encontró las bolsas en el suelo de la estancia y después de dar gracias a Dios por el inesperado hallazgo, constituyó las dotes correspondientes para casar a sus tres hijas. Más tarde llegó a enterarse de que su benefactor había sido su vecino Nicolás, pero cuando fue a darle las gracias, el santo le conminó a no decir nada a nadie acerca de lo sucedido.
Este conocido episodio sirvió de excusa, no solo para dedicar el primitivo edificio al santo obispo de Bari, sino sobre todo para dedicar el programa iconográfico de la iglesia a plasmar la imagen de muchos de los pecados que se engloban en el epígrafe de la lujuria dentro de los libros penitenciales. Casi todos quedan expuestos a la mirada pública en los canecillos y metopas bajo los aleros y capiteles exteriores de algunas ventanas.
En algunos capiteles del interior se representa simbólica y escuetamente este capítulo hagiográfico que no deja lugar a dudas en cuanto a la identidad de los actores de la historia. Una de las escenas de los capiteles de la arcada del presbiterio representa a Nicolás con su báculo de obispo, atributo incuestionable, en su mano derecha, y una llave en su izquierda, símbolo de la liberación de las tres doncellas situadas a su espalda y talladas en forma de tres cabezas. Llave que sin duda fue confundida con las dos que siempre lleva el apóstol San Pedro y que inducen a error a mucha gente. Después, completan la cesta del capitel dos grandes serpientes que muerden el pecho de una figura femenina bastante deteriorada, símbolo por excelencia de la lujuria.
No se puede resumir de forma tan escueta, como clara y contundente, la intención del programa iconográfico, pensado además para la iglesia de una localidad con bastante trasiego de gentes, tanto civiles como militares, que descansaban muy probablemente aquí de sus viajes, no solo hacia la meseta sino también de vuelta hacia las montañas, refugio contra los moriscos desde el que partían tropas a la guerra contra el musulmán. No es necesario dar muchas explicaciones acerca de las características de los establecimientos de todo tipo que se instalaban en lugares como éste, así como tampoco justificar de cualquier otra manera la presencia de éstas maravillosas imágenes cargadas de contenido etnográfico, social, cultural y moral, y además conservadas perfectamente a pesar de los mil años que han pasado por ellas.
Exterior
El edificio, declarado Monumento Histórico-Artístico el día 2 de agosto de 1895, tiene en su planta una nave rematada en la cabecera por un ábside semicircular y una torre cuadrada a los pies.
Vista de la colegiata de San Pedro desde el lado sureste.
El ábside se articula con cinco tramos verticales divididos por columnas apoyadas sobre contrafuertes y rematadas por capiteles bajo los aleros. En el tambor se abren tres ventanas con capiteles vegetales y la de la izquierda con sendos personajes, masculino y femenino, en actitud de mostrar sus genitales de manera ostensible.
La portada se abre en el muro sur sobre un paño resaltado del muro. Tiene arco de medio punto formado por seis arquivoltas con gruesos baquetones. Por el exterior corre un guardapolvo exquisitamente tallado con una cenefa vegetal de palmetas, roleos entrecruzados y tallos vegetales.
Portada abierta en la fachada sur del edificio sobre un paño resaltado del muro y cubierto con tejaroz.
Todo el conjunto descansa sobre cimacios y capiteles tallados, aunque algunos de ellos bastante deteriorados. El tímpano, los cimacios de los capiteles y el dintel de la puerta están también tallados con los mismos elementos vegetales que el guardapolvo. Particularmente creemos que el efecto de celosía creado por la talla calada del tímpano, de claras influencias árabes, es inigualable tanto en su calidad artística como técnica, y además evoca plásticamente el estado de encierro de las tres doncellas de la leyenda.
Celosía vegetal que adorna el tímpano sobre la portada.
En este mismo muro se abren otras dos ventanas a ambos lados de la puerta y algo más sencillas que las del ábside. La de la izquierda reproduce en sus capiteles la misma temática que la ventana sur del ábside.
En el hastial de poniente se levanta la imponente torre cuadrada. Tiene tres cuerpos. El inferior no tiene ventanas a excepción de una pequeña orientada al este. El cuerpo intermedio lleva dos vanos ciegos ligeramente apuntados y orientados al oeste y otros tres en los lados sur y este. El cuerpo superior tiene dos ventanas más en cada lado.
Interior
En el interior el edificio se cubre con bóvedas de crucería a finales del siglo XIV en sustitución de la anterior románica, posiblemente de cañón como los restos que aun quedan en el presbiterio. La bóveda del ábside es de cascarón como suele ser habitual.
El arco toral es de medio punto doblado. Se apoya sobre capiteles tallados, el derecho con una majestuosa pareja de águilas explayadas y con sus patas apoyadas sobre el collarino. Por encima, rematando la cesta, tallos vegetales estriados y enlazados, y espirales con hojas. En el cimacio se mantiene el mismo diseño vegetal que en la celosía del tímpano de la portada.
Interior del presbiterio de San Pedro.
El capitel izquierdo tiene tres hileras de leones superpuestos. Por encima de ellas algunas cabezas humanas similares a las de los capiteles de la portada. En la parte derecha una máscara demoníaca con las fauces abiertas como prolongación del cuerpo de uno de los leones. Por debajo dos leones más en actitud de lucha.
A la misma altura que estos dos capiteles torales hay otros dos en el presbiterio. El de la derecha repite de nuevo el tema de los leones superpuestos. La pequeña columna sobre la que descansa la cesta se apoya en una ménsula en la que se representa de nuevo el tema del arcángel San Miguel alanceando al dragón que extiende su cola de serpiente en la parte inferior del cubo de la ménsula.
El capitel del lado contrario se adorna de nuevo con águilas de alas explayadas sobre cuadrúpedos.
A la altura de los cimacios de estos capiteles se extiende una imposta ajedrezada por todo el interior del hemiciclo, a partir de la cual se eleva la cúpula. Una segunda imposta corre a la altura de los cimacios de las ventanas absidales y, al mismo tiempo, les sirve de guardapolvos rodeando los arcos de medio punto. Éstos descansan sobre cimacios y capiteles tallados. La decoración alterna los temas vegetales con los leones, como en el caso de la ventana de la derecha y el capitel izquierdo de la ventana contraria, en el que se incluyen además tres pequeñas cabezas, correspondientes a las tres doncellas, denominador común en toda la iconografía del edificio. También hay otra cabeza con mitra que, evidente, corresponde a san Nicolás de Bari. El mismo tema, aunque más desarrollado, se repite en los capiteles de la arquería ciega que rodea la parte inferior del ábside, situado bajo la tercera imposta ajedrezada sobre la que descansan los fustes de los capiteles de las ventanas absidales.
Detalle de la arquería ciega que adorna el interior del hemiciclo de la colegiata.
Esta arquería tiene en total once arcos de medio punto formados, todos ellos, por gruesos boceles apoyados sobre capiteles figurados. Empezando por el lado derecho, el primer capitel lleva tallados en la cesta dos parejas de leones afrontados y a continuación otros dos capiteles de tema vegetal a base de hojas y espirales estriadas. Luego viene un magnífico capitel con leones afrontados sobre los que asoman siete cabezas, tres en el centro y dos en cada lateral. Le sigue un capitel adornado con entrelazos vegetales y a continuación, el tercero, con san Nicolás seguido por las tres pequeñas cabezas que representan a las doncellas y los anillos triples de dos enorme serpientes que resuelve todo el lateral izquierdo de la cesta y que acaban succionando los pechos de un personaje femenino, bastante deteriorado, que representa al pecado de la lujuria. Esto es, por supuesto, una excepción, porque se pueden contar con los dedos de una mano los casos en los que la representación de la lujuria se puede ver en el interior de un recinto sagrado.
Capitel de la arcada ciega del presbiterio con leones y pequeñas cabezas humanas sobre ellos.
Luego viene otro capitel con nuevas espirales, seguido de otro con águilas y otro más con leones afrontados sobre una pequeña cabeza masculina.
Palmetas y lazos vegetales adornan todos los cimacios de estos capiteles de la arquería ciega del presbiterio.
Relación Iconográfica del exterior el edificio
Ábside.
Los capiteles de las ventanas norte y este se adornan con temas vegetales a base de hojas, entrelazos y palmetas. El capitel derecho de la ventana sur tiene un personaje itifálico y el derecho su correspondiente femenino.
Capitel izquierdo de la ventana sur del ábside.
Capitel derecho de la ventana sur del ábside.
Los canecillos de la cabecera, desde el arranque izquierdo del tambor, representan los siguientes temas: Personaje masculino sobre otro femenino contorsionado; personaje itifálico de aspecto simiesco; personaje contorsionado como un saltimbanqui; hoja de palma con fruto esférico; capitel con parejas de leones afrontados; dos personajes realizando el coito; una cabra; un macho cabrío; personaje sobre un felino; liebre; personaje siendo mordido por serpientes; una cabra; tres rollos; capitel divisorio con roleos vegetales; cuadrúpedo de fauces amenazantes; pareja de amantes; un oso; un personaje itifálico; una mujer exhibicionista como la de la ventana absidal; una cabra; figura masculina sujetando una bola sobre su cabeza; una cabra; pareja de amantes; pareja en actitud de coito; capitel divisorio con personajes y felinos; vegetal; personaje tocando un cuerno; personaje contorsionado; personaje masculino; personaje sobre león andrófago que devora a un personaje femenino; animal atrapado en tallos vegetales; vegetal; capitel con leones superpuestos en dos hileras; personaje contorsionado; personaje bebiendo de un tonel; un músico tocando el arpa y un personaje con un tonel sobre los hombros.
Fachada sur (canecillos de la nave)
De derecha a izquierda: Geométrico; músico con arpa; acróbata; geométrico: posible escena de parto; personaje leyendo; personaje introduciendo el pene en su propia boca; liebre; personaje simiesco; medusa; personaje simiesco con grandes genitales; tres rollos; personaje abrazado a una cabra; personaje desnudo con una torta en las manos; músico con vihuela; personaje bebiendo de un tonel; macho cabrío; vegetal; personaje con tonel; vegetal; personaje leyendo; personaje desnudo en cuclillas y felino de fauces amenazantes.
Detalle de algunos canecillos de la fachada sur.
Fachada sur (canecillos y metopas bajo el tejaroz de la portada)
De izquierda a derecha: Personaje contorsionado; metopa con cuadrúpedo y personaje muy deteriorado; canecillo con arpista; metopa con dos cuadrúpedos; canecillo con personaje muy deteriorado; metopa con dos personajes muy deteriorados; canecillo con un personaje masculino; metopa con dos cuadrúpedos contrapuestos; escena de coito entre tres amantes; metopa con tres confusos personajes, tal vez relacionados con la leyenda; canecillo con cabra; metopa con dos águilas; canecillo con cuadrúpedo; metopa con dos cuadrúpedos en actitud amorosa; canecillo con cuadrúpedo sobre mujer contorsionada; metopa con dos cuadrúpedos afrontados; canecillo con personaje itifálico; metopa con personaje femenino símbolo de la lujuria; canecillo con trío de amantes; metopa con animal en actitud de coito con personaje femenino; canecillo con personaje itifálico; metopa con dos confusos personajes en actitud amorosa; canecillo con personajes en postura amatoria; metopa con dos personajes masculinos en actitud cariñosa y canecillo con varios cuadrúpedos superpuestos.
Lateral derecho del tejaroz que cubre la portada del edificio.
Fachada sur (relieves de portada)
Sobre el paño resaltado en el que se abre la portada hay incrustados seis pequeños relieves, tres a cada lado. En el lado izquierdo, apoyado en la imposta que corre luego sobre los capiteles, un primer relieve con el tema de Adán y Eva; sobre éste, otro más con la Virgen María y el Niño y, más arriba, el tercero con el arcángel San Miguel alanceando al dragón infernal.
Daniel en el foso de los leones es la escena que se representa en el relieve inferior del lado derecho. Por encima hay un ángel de alas explayadas y más arriba la imagen de San Nicolás de Bari con sus atributos de báculo episcopal y llave a los que más adelante, en el siglo XIII, se añadirán, para evitar confusiones con San Pedro, las tres bolsas de oro que empleó para rescatar a las doncellas.
Uno de los relieves de la fachada sur del templo con la imagen de san Nicolás.
Fachada oeste y torre
Los dos capiteles de la ventana situada en el hastial de poniente están adornados con leones afrontados.
En la torre, además de los temas vegetales clásicos y los leones afrontados, hay un capitel en la arcada ciega sur del cuerpo central (en el que un centauro se dispone a disparar su flecha contra un grifo) y otro más, aunque en este caso solo con grifos.
Fachada norte (canecillos de la nave)
De derecha a izquierda: Geométrico con dos rollos; vegetal; cuadrúpedo sujetando un rollo sobre su cabeza; modillón liso; dos de tema vegetal; carnero; otro sin tallar; oso; cuadrúpedo con un rollo sobre su cabeza; liso; vegetal; saltimbanqui; liso; vegetal; liso; cabeza de animal; liso; saltimbanqui; liso y vegetal.
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Muchas gracias por el detallado analisis